Qué alimentos contienen aluminio nocivo

 

El aluminio es un elemento metálico que constituye aproximadamente el 8,2% de la corteza terrestre. Desde el descubrimiento de los procesos económicos para extraer aluminio a partir de compuestos como el óxido de aluminio y la bauxita a finales del 1800, el aluminio se ha utilizado en una variedad de industrias y productos. El cuerpo humano no necesita aluminio, pero debido a que los aditivos alimentarios y utensilios de cocina contienen aluminio, puede quedar expuesto a este elemento potencialmente dañino.

Aditivos alimentarios

Como el aluminio compone una parte significativa de la corteza de la tierra, el suelo y el agua contienen aluminio, lo que significa que la mayoría de los alimentos contienen al menos cantidades traza de este metal. La ingestión de pequeñas cantidades de aluminio puede no causar daño, pero con el tiempo el aluminio se acumula en tu cuerpo. Algunos alimentos, como la levadura en polvo y los quesos procesados, tienen niveles más altos que los naturales de aluminio, ya que contienen aditivos alimentarios a base de aluminio. La Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA) considera a ciertos aditivos alimentarios dentro de la categoría "Generalmente Reconocidos Como Seguros" (Generally Recognized as Safe o GRAS), estos son: sulfato de aluminio amonio, silicato de aluminio calcio, nicotinato de aluminio, sulfato de aluminio potasio, sulfato de aluminio sodio, estearato de aluminio, fosfato de aluminio sodio y sulfato de aluminio. Muchos todavía cuestionan la seguridad de estos aditivos alimentarios, sin embargo. El grupo conocido como Departamento del Planeta Tierra solicitó a la FDA en septiembre de 2005 que anulara la clasificación GRAS para estos aditivos, citando estudios que relacionan la ingestión de alimentos con aditivos de aluminio a la enfermedad de Alzheimer.

Cocina

Incluso si se evita el consumo de alimentos que contienen aditivos de aluminio, podrías estar agregando aluminio a la comida sin siquiera darte cuenta. Los fabricantes de utensilios de cocina eligen utilizar aluminio porque conduce el calor con eficacia y de manera uniforme, lo que permite que se cocine de manera pareja. Cocinar los alimentos, especialmente los ácidos como las frutas, los tomates y el vino, en recipientes hechos de aluminio, puede causar que el metal se filtre en ellos. Para evitar esto, los fabricantes desarrollaron el aluminio anodizado, que conserva las propiedades de conductividad de calor, pero crea una superficie dura que no reacciona con los alimentos. Para evitar rayones que pueden dañar la superficie y dejar que el aluminio tenga contacto con los alimentos usa solamente utensilios de madera o plástico para cocinar en estas ollas.

Conservas

Las conservas pueden contener un nivel significativo de aluminio. Algunos fabricantes agregan alumbre, una sal de aluminio tal como sulfato de aluminio o sulfato de aluminio potasio durante el procesamiento para añadir firmeza y frescura a los alimentos. Puedes evitar la ingestión de aluminio eligiendo conservas que no contengan alumbre. Sin embargo, una variedad de otros productos que se utilizan todos los días, incluidos los desodorantes y los medicamentos antiácidos, también contienen sales de aluminio, lo que aumenta tu exposición.

Efectos del aluminio

El Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York informa que a pesar de que las pequeñas cantidades de aluminio por lo general no causan ningún daño, la exposición prolongada o la exposición a altos niveles puede causar serios problemas médicos. La exposición nociva se produce con el tiempo, al comer alimentos que contienen el aditivo alimentario fosfato de aluminio sodio o por vivir cerca de las minas de aluminio. La exposición a corto plazo, tal como la respiración del polvo de aluminio en el lugar de trabajo, también es perjudicial. La toxicidad por aluminio afecta al sistema músculo-esquelético y el cerebro, causando debilidad muscular, dolor de huesos, osteoporosis, retraso en el crecimiento en los niños, alteración de las capacidades mentales, demencia y convulsiones.

¿Las botellas de aluminio de agua son malas para ti?

Parece que cada día los investigadores señalan peligros a la salud recientemente descubiertos de productos comunes. Las botellas de aluminio de agua están comercializadas como una alternativa ecológica y saludable a las botellas plásticas. No obstante, lo que la mayoría de los consumidores no se da cuenta es que las botellas de aluminio están alineadas con otros materiales, incluyendo plástico que contiene los mismos químicos que las botellas desechables.

Revestimiento

La mayor preocupación de la salud presentada con el uso de las botellas de aluminio de agua no es por el aluminio mismo, sino por los revestimientos usados en su interior. Muchos de estos revestimientos están hechos de plástico o epoxy, que son los mismos materiales que muchos usuarios de botellas de aluminio están intentando evitar. La mayoría de los productos plásticos y de epoxy contienen bisfenol A, o BPA (siglas en inglés), un químico que algunos estudios han enlazado con el cáncer, daños cerebrales e interrupciones hormonales. Sin embargo, muchas compañías han comenzado a fabricar botellas de aluminio de agua con revestimientos que no contienen BPA.

Alternativas

Comparadas con otras opciones, las botellas de aluminio de agua podrían ser una de las alternativas más seguras. El vidrio se considera lo más seguro para tu salud, pero no suele ser portable o conveniente, consideraciones importantes para una botella de agua. Las botellas de aluminio con revestimientos libres de BPA se consideran mejores para tu salud que las botellas plásticas duras o blandas.

Riegos desconocidos e investigación conflictiva

A pesar de estar etiquetadas como una alternativa más segura, las botellas de aluminio de agua con revestimientos libres de BPA no son necesariamente libres de riesgos. A medida que se realizan estudios adicionales y avances en la ciencia, podrían identificarse nuevos riesgos o preocupaciones, especialmente porque las botellas de aluminio incluyen un revestimiento hecho de otros materiales. Además, la investigación acerca del plástico que contiene BPA ha contenido conclusiones conflictivas. Algunos estudios han encontrado que el BPA es seguro, mientras que otros han concluido con que presenta riesgos significantes.

Minimizar los riesgos

Al equilibrar la necesidad de mantenerse hidratado con una manera segura de consumir agua, los usuarios de las botellas de aluminio pueden minimizar el riesgo siguiendo algunos pasos simples. Estos incluyen mantener la botella fuera del calor y el sol directo. El calor acelera la liberación de BPA y otros químicos en el agua. Cambia el agua frecuentemente. Si no has terminado el agua de la botella, no dejes que se asiente por días. Mientras más tiempo esté el agua en contacto con la botella, más contaminantes se acumularán.

¿Cuáles son los peligros del cloruro de calcio como aditivo alimentario?

El cloruro de calcio es un agente que se usa como conservante y para afirmar o fortalecer la masa de pan, según informa la Organización Mundial de la Salud. Este ingrediente ayuda a curtir alimentos como los pepinillos que tienen un sabor salado, sin que se les haya agregado sal. También aumenta la firmeza de la fruta, la verdura y ablanda la carne. La Administración de Alimentos y Medicamentos en los Estados Unidos, cuyas siglas son FDA, informa que los estudios extensos no proporcionan evidencia de que la ingesta de cloruro de calcio en las cantidades que se encuentran en los alimentos represente un riesgo para el público. Los peligros de usar cloruro de calcio como aditivo alimentario se asocian con los trabajadores de las plantas que lo añaden en su forma pura y no a los consumidores que la ingieren.

Peligro de Inhalación

Aunque la inhalación del cloruro de calcio en forma granular no plantea ningún peligro significativo, la inhalación en polvo -forma que toma a menudo cuando se agrega a los alimentos- plantea un peligro. Puede irritar el tracto respiratorio dando lugar a tos y falta de aire, según una hoja de datos proporcionada por MSDS sobre la seguridad del cloruro de calcio.

Peligro de ingestión

El cloruro de calcio tiene una calificación de baja toxicidad, pero la ingestión puede todavía conducir a muchos problemas. Esto es debido a un proceso llamado hidrólisis, que se produce cuando el cloruro de calcio reacciona con agua y se crea un exceso de calor como subproducto. La ingestión puede irritar gravemente los forros húmedos del cuerpo, como los de las fosas de la nariz, la boca, la garganta, los labios, los párpados y las orejas. La ingestión en grandes cantidades puede provocar molestias gastrointestinales, vómitos y dolor abdominal.

Peligro de contacto con piel y ojos

En su forma sólida, el cloruro de calcio puede causar a la piel una irritación leve. Cuando la piel está húmeda o cuando el cloruro de calcio está en forma de solución, provoca una irritación más grave e incluso puede causar quemaduras. El calor generado de la hidrólisis también puede causar quemaduras e irritación cuando entra en contacto con los ojos.

Los riegos a la salud por el consumo de charqui

 

El charqui o cecina es una carne deshidratada, rica en nutrientes que puede ser almacenada sin refrigeración, por lo que puedes comerla en cualquier lugar incluso aquellos sin refrigeración. El charqui ha sido preparado en muchas regiones y culturas a lo largo de la historia. Pero hay que mencionar que trae riesgos a la salud como la posible contaminación por bacterias patológicas, sustancias cancerígenas y exceso de sodio.

Infección bacteriana

El charqui puede tener microorganismos patológicos y bacterias como la Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Listeria monocytogenes y Salmonella. El proceso de deshidratación es crucial a la hora de reducir el riesgo de crecimiento bacteriano presente en la humedad. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos sugiere calentar la carne a 160 grados Fahrenheit (71 grados Celsius) antes de deshidratarla o secarla porque cualquier rastro de humedad puede producir crecimiento bacteriano y las bacterias pueden volverse más resistentes al calor luego de la deshidratación.

Ahumado

El charqui puede saborizarse mediante el proceso de ahumado. Éste puede incrementar la producción de hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancias que aumentan el riesgo de cáncer. Las investigaciones a cargo de científicos de la Universidad Federal de Tecnología en Akure, Nigeria que han sido publicadas en "Aditivos alimentarios y contaminantes. Parte A, química, análisis, control, exposición y evaluación de riesgos" en Julio de 2009 informan que los métodos tradicionales para ahumar carne implican el contacto directo con gases de la combustión de la madera, que provocan niveles altos de contaminación de hidrocarburos aromáticos policíclicos cancerígenos. Los científicos informaron que otros métodos de ahumado, como con carbón, también contienen esta sustancia. A pesar de que sus niveles son menores en comparación con métodos de ahumado tradicionales, todavía pueden incrementar el riesgo de cáncer.

Sodio

Los fabricantes de carnes procesadas les agregan sodio a sus productos, como el charqui, para darles sabor. Pero el exceso de sodio en tu dieta puede incrementar el riesgo de presión arterial alta y accidentes cerebrovasculares. Las investigaciones a cargo del Instituto George para la Salud Internacional de Sydney, Australia que fueron publicadas en la "Revista estadounidense de nutrición clínica" en Febrero de 2010 informan que las carnes procesadas contienen sodio en exceso. Los científicos descubrieron que los grupos de alimentos con los niveles más altos de sodio eran las salsas y las pastas para untar y luego seguían las carnes procesadas.

Grasa saturada

Una porción de 1 onza (28 gramos) de charqui contiene aproximadamente 3.1 g de grasa saturada, una sustancia que se produce naturalmente en productos de carne y es perjudicial para las personas. El consumo de grasas saturadas eleva el colesterol en la sangre, incrementa la producción de placa dentro de las arterias y el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda limitar la ingesta de grasas saturadas a menos del 7 por ciento de las calorías diarias totales.