Los alimentos más sobresalientes de todos los tiempos

Actualizado: Vie, 25/10/2018 - 11:56

Por: 
Frank Olimpo   Tecnico en nutrición
 
El sábado 12 de octubre de 2103 el diario “El País” publicó un suplemento dedicado a las frutas y verduras que incluía un artículo titulado “Los mejores entre los buenos”, que desglosaba un hit parade con los 30 alimentos más saludables de todos los tiempos, según el juicio de un grupo de nutricionistas contratados por el gobierno estadounidense.

Aunque en “Comer o no comer” no estamos demasiado por la labor de poner notas al tomate y a las berenjenas no sea cosa que la berenjena se ponga roja y el tomate morado, estamos planteándonos muy seriamente hacer una lista antagónica para repartir las “calabazas” a los alimentos más insanos y que en mayor medida provocan trastornos para la salud.

Así pues, el primer comentario que cabe hacer a este “top thirty” que ha consensuado un grupo de nutricionistas estadounidenses contratados por el Departamento de Agricultura de ese país (USDA) y cuyo primero objetivo, contaba Karelia Vázquez en “El País”, “era aportar una lista útil para reducir la epidemia de obesidad y la alta tasa de mortalidad cardiovascular de sus ciudadanos (…), por lo que esta lista era muy esperada en todo el mundo” es que es este tipo de clasificaciones son muy discutibles por su falta de rigor científico. ¿Por qué la naranja no está en la lista y sí el plátano? (¿qui lo sá?). ¿Hay alguna razón, salvo que uno viva en EE.UU., para incluir al salmón en la relación de nombres y no a la menospreciada lubina, el suculento rape o la orgullosa sardina? ¿Tiene sentido que los nutricionistas norteamericanos promocionen el vino tinto cuando comer uva puede aportar los mismos beneficios, sin elevar el riesgo de sufrir alguna patología, algo que sí que ocurre incluso con el consumo “moderado” de alcohol?

Simplemente con el objetivo de satisfacer la curiosidad de las lectoras y lectores de “Comer o no comer”, publicamos esta lista, aunque advertimos que también hay otras listas igual de subjetivas sobre “Los 30 alimentos que dan más potencia sexual”, “Los ocho mejores alimentos para aumentar la masa muscular” o “Los 33 alimentos para vivir 150 años” (sic).

1.- Alubias negras (es una de las legumbres más ricas en proteínas, razón por la que, en ocasiones, se emplea como sustituto de la carne en la dieta de algunos vegetarianos. Además, tienen bastante fibra).

2.- Berza o col rizada.

3.- Manzana (ya lo dice un viejo refrán anglosajón: “An apple a day taks the doctor away”, una manzana diaria te mantiene alejado del médico).

4.- Moras (cuanto más negra mejor, en tanto los colores intensos y oscuros suelen ser una señal de que la fruta es un poderoso antioxidante).

5.- Salmón (en principio, por el Omega 3…)

6.- Nuez.

7.- Calabaza.

8.- Tomate.

9.- Plátano.

10.- Espinacas.

11.- Alubias rojas.

12.- Arándanos.

13.- Plátano.

14.- Brócoli.

15.- Remolacha.

16.- Berenjena.

17.- Col de Bruselas.

18.- Lentejas.

19.- Boniato.

20.- Pan integral.

21.- Quinoa (un alimento bastante habitual en Estados Unidos, así como en Bolivia, Argentina, Perú, Chile, Colombia y Ecuador que, por su alto contenido en almidón, se equipara con los cereales).

22.- Avena.

23.- Vino tinto (aunque en realidad gran parte de los beneficios que se le atribuyen se encuentran en la uva, que no tiene sus efectos secundarios...)

24.- Carne magra.

25.- Semillas de lino.

26.- Almendra.

27.- Leche desnatada.

28.- Yogur griego desnatado.

29.- Aceite de oliva extra virgen.

30.- Bulgur (un alimento elaborado a partir del trigo que utilizan en Siria, Palestina y el Líbano para el tabule y otros platos parecidos)

Diez alimentos que tienen calorías negativas: cuantos más comas, más adelgazas

Si pasas de dietas y contar calorías no es lo tuyo, debes saber que hay comida que te hace perder peso

Cuando se trata de adelgazar hay que ser inteligente. Contar calorías o hacer dieta son opciones viables, pero si te dan pereza siempre puedes elegir bien qué alimentos consumes y listo.

Hay unos especialmente buenos para perder peso. Son aquellos que tienen calorías negativass, es decir, que queman más energía durante su digestión de la que contienen.

Las otras calorías negativas provienen de alimentos que son nutritivos y bajos en calorías. Además, tienen un alto contenido de fibra, haciendo que nuestro cuerpo tarde más en expulsarlos, retrasando así la aparición del hambre.

Hemos recogido los diez más importantes y que están al alcance de la mayoría de bolsillos:

1 Apio

Con apenas 16 calorías

2 Tomates

Los tomates contienen unas 19 calorías por 100 gramos. Además de ser una fuente importante de fibra

3 Pomelo

Con unas 40 calorías

4 Zanahorias

Las zanahorias

5 Pepinos

Con solo o 16 calorías

6 Sandía

La a sandía contienen 30 calorías por 100 gramos. Es rica en licopeno

7 Manzanas

50 calorías por cada 100 gramos, la manzana

8 Calabacín

El l calabacín

9 Brócoli

Contiene apenas s 34 calorías

10 Lechuga

La a lechuga

Los únicos 12 alimentos que debes comer para adelgazar (como huevos, nueces o atún) )

Si estás tratando de perder peso y las dietas no son para ti, te decimos qué debes ingerir para bajar esos kilitos que te sobran y estar sano

Si estás tratando de adelgazar y lo tuyo no son las dietas, deberías enfocar tu plan de pérdida de peso en la clase de alimentos que ingieres.

A veces no es necesario seguir un régimen al dedillo, siempre y cuando sigas las indicaciones correctas y te alimentess de manera inteligente.

Además, tampoco es necesario gastarse una fortuna en comer sano y 'light'. De hecho, con que comas sano y en cantidades moderadas ya podrás observar cómo los kilos comienzan a bajar de la báscula.

A continuación te presentamos los 12 alimentos, recogidos de 'Heathline', que son ideales para adelgazar, pues apenas tienen hidratos de carbono y son muy sanos:

Los huevos enteros son una fantástica opción para adelgazar. A pesar de que han sido muy vilipendiados en los últimos años, nuevos estudios demuestran que ni afectan al colesterol en la sangre ni provocan ataques cardíacos, como se venía afirmando.

Además, son uno de los mejores alimentos para perder peso, ya que son ricos en proteínas, grasas saludables, aumentan la sensación de saciedad y son muy bajos de calorías.

Un estudio realizado en mujeres con sobrepeso demostró que desayunar huevos

2 Verduras de hoja verde

Con n n verduras de hoja verde nos referimos a las espinacas o las acelgas, entre muchas otras.

Son ideales para adelgazar, ya que son bajas en calorías e hidratos de carbono y tienen mucha fibra.

3 Salmón

Los Los pescados grasos como el salmón son increíblemente saludables y muy saciantes. 

El salmón está repleto de proteínas de alta calidad y nutrientes. Además, lleva una cantidad considerable de ácidos grasos omega-3 , que se ha demostrado que ayudan a reducir la hinchazón.

4 Verduras crucíferas

Las Las verduras crucíferas son el brócoli, la coliflor o las coles de Bruselas. Son ricas en fibra y tienden a ser increíblemente saciantes.

5 Carne magra

La >La carne magra ha sido demonizada injustamente. Aunque la carne procesada no es saludable, numerosos estudios demuestran que la carne magra no aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca o diabetes, como se suele asegurar.

La carne está repleta de proteínas, y seguir una dieta basada en éstas hará que quemes de 80 a 100 calorías más por día.

Un estudio ha demostrado que aumentar la ingesta de proteínas en un 25% puede reducir los antojos en un 60%, reducir el deseo de picar por la noche y causar una pérdida de peso de casi medio kilo por semana

6 Patatas hervidas

Las Las patatas tienen muchas propiedades que las convierten en un alimento perfecto, tanto para perder peso como para mejorar la salud.

Son particularmente altas en potasio, un nutriente que la mayoría de nosotros no consume con regularidad y desempeña un papel importante en el control de la presión arterial.

En una escala llamada índice de saciedad

7 Atún

El >El atún es otro alimento bajo en calorías y alto en proteínas. Es pescado magro, lo que significa que es bajo en grasa.

Si estás tratando aumentar tu consumo de proteínas, asegúrate de elegir atún enlatado al natural, y no en aceite

8 Legumbres

Las >Las legumbres pueden ser beneficiosos para perder peso. Tienden a ser altas en proteínas y fibra

9 Aguacates

Mientras que la mayoría de las las frutas son altas en carbohidratos, los aguacates están cargados de grasas saludables.

Son particularmente altos en ácido oleico monoinsaturado

A pesar de que son casi todo grasa, los aguacates también contienen mucha agua y fibra, lo que los hace menos calóricos de lo que la gente piensa. Un aguacate tiene unas 300 calorías.

10 Nueces

A pesar de ser altas en grasa, las nueces no engordan tanto como cabría esperar. Un puñado (28 gramos) contiene aproximadamente ente 170 caloríass.

Son un excelente aperitivo repleto de proteínas, fibra y grasas saludables.

promover la pérdida de pesoo

11 Semillas de chía

Las ">Las semillas de chía son uno de los alimentos más nutritivos del planeta. Son bajas en carbohidratos y altas en ¡fibra, lo que hace que puedan absorber hasta once veces su peso

12 Yogur natural

El e">El yogur es otro excelente alimento, ya que protege al intestino contra la inflamación y la resistencia a la leptina, que es uno de los principales factores hormonales de la obesidad.

Es mejor elegir aquellos yogures que tienen grasa, ya que se ha demostrado que los productos lácteos enteros

la sustancia cancerígena

La acrilamida: la sustancia cancerígena que ha puesto en jaque a Starbucks está en casi todo lo que comemos

Un juez en EE UU obliga a las cafeterías a poner una advertencia sanitaria. Es solo el principio: desde el 11 de abril una ley europea reducirá sus niveles en varios alimentos

Hace escasos días un juez de la Corte Superior de Los Ángeles, Elihu Berle, puso la acrilamida en el mapa mainstream al obligar a las cafeterías de California —Starbucks incluida— a añadir una advertencia sanitaria sobre los riesgos carcinógenos de esta sustancia química presente en el café. Se trata de una vieja conocida de la industria y de las autoridades sanitarias, pero si este es su primer contacto consciente con ella sepa que a partir de ahora no va a parar de verla en cada alimento.

El próximo miércoles 11 de abril entra en vigor un reglamento de la Comisión Europea que obliga a poner en marcha una serie de medidas para limitar en lo posible la presencia de acrilamida en los alimentos: porque no solo está en el café, se encuentra desde en las patatas fritas hasta en los tarros para bebés.

Cuanto más altos sean la temperatura y el tiempo al cocinar o procesar los alimentos, y menor sea el grado de humedad, más acrilamida; sobre todo en los más ricos en almidón

La acrilamida es una sustancia que se puede formar de muchas maneras, pero una muy común: cuando los alimentos se cocinan o procesan a temperaturas superiores a 120 grados. Es entonces cuando los azúcares reductores de los alimentos —aquellos que se descomponen más fácilmente como el almidón de la patata y los cereales, la fructosa o el que contiene la miel— y las proteínas reaccionan entre sí con el calor, y dan lugar a este elemento. Cuanto más alta sea la temperatura y menor sea el grado de humedad, más acrilamida

Sucede en todos los alimentos, aunque aquellos ricos en almidón son los que presentan niveles más altos cuando se fríen y tuestan. Es lo que sucede con el café durante su proceso de tostado, independientemente de si es torrefacto o natural. De ahí que el reglamento ponga un foco especial en las patatas fritas, el pan en todos sus formatos, galletas, biscotes, el café y sucedáneos.

¿Llevamos toda la vida expuestos a una sustancia cancerígena?

Antes de que salten las alarmas, conviene aclarar que estas medidas se fundamentan en el principio de precaución porque, como explica el propio reglamento, "en entre el 10% y el 15%" de los alimentos que presentan exceso de acrilamida puede reducirse mediante la aplicación de buenas prácticas".

"No cabe duda de que esta sustancia es cancerígena en ratones de laboratorio, pero —tranquiliza Ricardo Cubedo, oncólogo del IOB Institute of Oncology de Madrid— nadie ha podido demostrar que la acrilamida que nos llega a los humanos a través de la alimentación tenga incidencia sobre el cáncer".

La medida se basa en el principio de precaución: aunque no se ha demostrado que la acrilamida sea cancerígena en personas, es "probable", y además en el 10% de los casos, "fácil de reducir", según la Comisión Europea

De hecho, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) considera la acrilamida como un "probable" carcinógeno para los humanos. "Probable" porque, hasta ahora, según recuerda la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), no está claro que los resultados concluyentes de las investigaciones realizadas en animales sometidos a dosis muy altas de acrilamida sean extrapolables a los humanos.

Cubedo, además, aporta un dato: "Los trabajadores de industrias que están expuestos a mayores niveles de esta sustancia —puede ser por inhalación, en contacto con la piel o a través de la comida— no han registrado mayor incidencia de cáncer que el resto de la población". La mayor fuente de exposición sigue siendo el humo del tabaco.

Las alarmas saltaron en 2002, cuando la Agencia Sueca de Seguridad Alimentaria reveló que la acrilamida aparecía no solo en procesos industriales, o en el humo del tabaco, sino también en los alimentos. Desde entonces, la Organización Mundial de la Salud y el resto de instituciones sanitarias internacionales comenzaron a administrar cautela. "En 2007 y en 2012 la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció algunas pautas para reducir su consumo a través de la dieta", relata Javier Marhuenda, académico de número de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Según este diestista-nutricionista, los niveles de acrilamida en el consumo diario son bajos como para ser considerados peligrosos. "Lo que hace la EFSA es lo que vulgarmente conocemos como colocar la tirita antes de hacernos la herida. Siempre propone unos valores lo más bajos posible".

¿Puedo desarrollar un cáncer si como muchas patatas fritas?

"El consumo mínimo estipulado para que la acrilamida se relacione con la probabilidad o el aumento de probabilidad de aparición de cáncer es de 170 microgramos (0,17 miligramos) por kilo de peso corporal", cuenta Marhuenda. "En una persona que pese 80 kilos, por ejemplo, esa dosis mínima sería de 13.600 microgramos de acrilamida al día". Además, puntualiza, "no por llegar a esta cantidad de forma diaria vamos a desarrollar un cáncer de manera directa, sino que hay un aumento de riesgo".

Para que una persona de 80 kilos llegue a la cantidad mínima de riesgo tendría que comer algo más de 27 kilos de patatas fritas al día

¿Y llegamos? "Es complicado consumir esa dosis". Un cálculo: según los niveles de referencia que a partir del día 11 los fabricantes deberán cumplir en la medida de lo posible (ver tabla más abajo), para que una persona de 80 kilos llegue a esa cantidad tendría que comer algo más de 27 kilos de patatas fritas al día.

De media, los españoles estamos expuestos a 0,53 microgramos de acrilamida por kilo de peso corporal al día, según un estudio que sirvió de tesis doctoral a la investigadora de la Universidad de Valencia Eva Molina Périz.Según, el oncólogo Cubedo, "la mitad nos llega por las patatas fritas, un cuarto por el café y el otro cuarto por las galletas o los biscotes".

En España, las bolsas de patatas se pasaban del límite

Eso pese a que en 2015, en España, casi una de cada cinco bolsas de estos snacks excedía las cantidades de acrilamida recomendadas por la Comisión Europea, según encontró en un estudio el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (Ictan-CSIC). Aunque observó una evolución positiva: un promedio de 1.484 microgramos por kilo de patata frita en 2004, 740 en 2009 y 630 microgramos en 2014.

En el nuevo reglamento europeo no se establecen límites máximos, pero sí niveles de referencia —para este producto, 500 microgramos por kilo de patata—, que deberán cumplirse salvo que el fabricante pueda justificar su exceso, por ejemplo, por las propiedades de la variedad de patata utilizada.

Contactado por correo electrónico, el Ministerio de Sanidad adelanta a BuenaVida que la Comisión Europea está redactando con la participación de los estados miembros en los debates una Recomendación de la Comisión —un tipo de normativa no vinculante—, en la que se definirá una ruta de trabajo para "establecer, si procede, límites máximos de acrilamida en alimentos".

Adiós a la típica patata pequeña y quemada

Hace años que la industria alimentaria viene reduciendo los niveles de acrilamida en sus productos, pero a partir del miércoles no debería encontrarse con la típica patata pequeña y tostada que aparece en algunas bolsas. 

El reglamento de la Comisión Europea establece entre sus medidas algunas que puede notar en la compra. Las galletas, el pan de molde o los biscotes serán a partir de ahora más claros (los de aquellos fabricantes que no hayan ido modulando en los últimos años sus procesos de producción).

Los envases de algunos productos deberán llevar consejos para cocinarlos en casa reduciendo al máximo el nivel de acrilamida

Además, el pan, las patatas fritas, la masa de hojaldre, las pizzas y todos aquellos productos que contengan entre sus ingredientes patata o almidón y que se vayan a terminar de hacer en casa irán acompañados de unas recomendaciones para cocinarlas en casa reduciendo el riesgo (ver abajo los consejos para no incrementar la acrilamida en su cocina).

Pese a las nuevas medidas de la Comisión Europea y a la baja exposición a la acrilamida, Marhuenda aconseja disminuir o evitar el consumo de esta sustancia: "Las patatas fritas de bolsa, los snacks, las galletas, algunos cereales, el pan crujiente o de molde… Si queremos reducir los niveles de acrilamida en la ingesta debemos evitar cocinar a temperaturas altas estos alimentos en particular, y, en general, tenemos que cocinar siempre de forma poco agresiva".

Es decir, opte por las patatas al vapor o guisadas, deje de chamuscar los filetes en la sartén, y no abrase la carne en las barbacoas. Será más saludable y seguirá estando igual de sabroso.

Esto es lo que puede hacer en casa

Lo habrá oído mil veces, ahora ya sabe por qué:

- "Mejor las patatas frescas que comprarlas congeladas", recuerda Cubedo.

- Las patatas han de conservarse en lugares oscuros y frescos (no por debajo de los 6º C, por tanto, fuera de la nevera): "Cuando germinan", explica el oncólogo, "aumenta el almidón y al cocinarlas tendrán más acrilamida.

- Lavar las patatas y ponerlas en remojo —entre 30 minutos y dos horas si es en agua fría, unos minutos si es en agua caliente— y enjuagar las tiras en agua limpia antes de freír.

- Si se hacen en freidora, utilizar un aceite que permita freír más rápido o a temperaturas más bajas (el de girasol se quema más rápido que el de oliva), no deje que la sartén o la freidora superen los 175º C, y hágalas "por tandas, para que no se pase el aceite".

- Si las prefiere al horno, primero precaliente el electrodoméstico a entre 180º C y 220º C y luego áselas a un máximo de 220º C; déles la vuelta pasados 10 minutos y procure que no pasen de un tono dorado.

- En general, añade Cubedo, "siempre mejor dorado que quemado; hágalo aunque solo sea por la buena cocina".

La a acrilamida: la sustancia cancerígena que ha puesto en jaque a Starbucks está en casi todo lo que comemos

Un juez en EE UU obliga a las cafeterías a poner una advertencia sanitaria. Es solo el principio: desde el 11 de abril una ley europea reducirá sus niveles en varios alimentos

Hace escasos días un juez de la Corte Superior de Los Ángeles, Elihu Berle, puso la acrilamida en el mapa mainstream al obligar a las cafeterías de California —Starbucks incluida— a añadir una advertencia sanitaria sobre los riesgos carcinógenos de esta sustancia química presente en el café. Se trata de una vieja conocida de la industria y de las autoridades sanitarias, pero si este es su primer contacto consciente con ella sepa que a partir de ahora no va a parar de verla en cada alimento.

El próximo miércoles 11 de abril entra en vigor un reglamento de la Comisión Europeaa que obliga a poner en marcha una serie de medidas para limitar en lo posible la presencia de acrilamida en los alimentos: porque no solo está en el café, se encuentra desde en las patatas fritas hasta en los tarros para bebés.

Cuanto más altos sean la temperatura y el tiempo al cocinar o procesar los alimentos, y menor sea el grado de humedad, más acrilamida; sobre todo en los más ricos en almidón

La acrilamida es una sustancia que se puede formar de muchas maneras, pero una muy común: cuando los alimentos se cocinan o procesan a temperaturas superiores a 120 grados. Es entonces cuando los azúcares reductores de los alimentos —aquellos que se descomponen más fácilmente como el almidón de la patata y los cereales, la fructosa o el que contiene la miel— y las proteínas reaccionan entre sí con el calor, y dan lugar a este elemento. Cuanto más alta sea la temperatura y menor sea el grado de humedad, más acrilamida.

Sucede en todos los alimentos, aunque aquellos ricos en almidón son los que presentan niveles más altos cuando se fríen y tuestan. Es lo que sucede con el café durante su proceso de tostado, independientemente de si es torrefacto o natural. De ahí que el reglamento ponga un foco especial en las patatas fritas, el pan en todos sus formatos, galletas, biscotes, el café y sucedáneos.

¿Llevamos toda la vida expuestos a una sustancia cancerígena?

Antes de que salten las alarmas, conviene aclarar que estas medidas se fundamentan en el principio de precaución porque, como explica el propio reglamento, "en entre el 10% y el 15%" de los alimentos que presentan exceso de acrilamida puede reducirse mediante la aplicación de buenas prácticas".

"No cabe duda de que esta sustancia es cancerígena en ratones de laboratorio, pero —tranquiliza Ricardo Cubedo, oncólogo del IOB Institute of Oncology de Madrid— nadie ha podido demostrar que la acrilamida que nos llega a los humanos a través de la alimentación tenga incidencia sobre el cáncer".

La medida se basa en el principio de precaución: aunque no se ha demostrado que la acrilamida sea cancerígena en personas, es "probable", y además en el 10% de los casos, "fácil de reducir", según la Comisión Europea

De hecho, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) considera la acrilamida como un "probable" carcinógeno para los humanos. "Probable" porque, hasta ahora, según recuerda la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), no está claro que los resultados concluyentes de las investigaciones realizadas en animales sometidos a dosis muy altas de acrilamida sean extrapolables a los humanos.

Cubedo, además, aporta un dato: "Los trabajadores de industrias que están expuestos a mayores niveles de esta sustancia —puede ser por inhalación, en contacto con la piel o a través de la comida— no han registrado mayor incidencia de cáncer que el resto de la población". La mayor fuente de exposición sigue siendo el humo del tabaco.

también en los alimentos. Desde entonces, la Organización Mundial de la Salud y el resto de instituciones sanitarias internacionales comenzaron a administrar cautela. "En 2007 y en 2012 la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció algunas pautas para reducir su consumo a través de la dieta", relata Javier Marhuenda, académico de número de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Según este diestista-nutricionista, los niveles de acrilamida en el consumo diario son bajos como para ser considerados peligrosos. "Lo que hace la EFSA es lo que vulgarmente conocemos como colocar la tirita antes de hacernos la herida. Siempre propone unos valores lo más bajos posible".

¿Puedo desarrollar un cáncer si como muchas patatas fritas??

"El consumo mínimo estipulado para que la acrilamida se relacione con la probabilidad o el aumento de probabilidad de aparición de cáncer es de 170 microgramos (0,17 miligramos) por kilo de peso corporal", cuenta Marhuenda. "En una persona que pese 80 kilos, por ejemplo, esa dosis mínima sería de 13.600 microgramos de acrilamida al día". Además, puntualiza, "no por llegar a esta cantidad de forma diaria vamos a desarrollar un cáncer de manera directa, sino que hay un aumento de riesgo".

Para que una persona de 80 kilos llegue a la cantidad mínima de riesgo tendría que comer algo más de 27 kilos de patatas fritas al día

¿Y llegamos? "Es complicado consumir esa dosis". Un cálculo: según los niveles de referencia que a partir del día 11 los fabricantes deberán cumplir en la medida de lo posible (ver tabla más abajo), para que una persona de 80 kilos llegue a esa cantidad tendría que comer algo más de 27 kilos de patatas fritas al día.

De media, los españoles estamos expuestos a 0,53 microgramos de acrilamida por kilo de peso corporal al día, según un estudio que sirvió de tesis doctoral a la investigadora de la Universidad de Valencia Eva Molina Périz.Según, el oncólogo Cubedo, "la mitad nos llega por las patatas fritas, un cuarto por el café y el otro cuarto por las galletas o los biscotes".

En España, las bolsas de patatas se pasaban del límite

Eso pese a que en 2015, en España, casi una de cada cinco bolsas de estos snacks excedía las cantidades de acrilamida recomendadas por la Comisión Europea, según encontró en un estudio el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (Ictan-CSIC). Aunque observó una evolución positiva: un promedio de 1.484 microgramos por kilo de patata frita en 2004, 740 en 2009 y 630 microgramos en 2014.

En el nuevo reglamento europeo no se establecen límites máximos, pero sí niveles de referencia —para este producto, 500 microgramos por kilo de patata—, que deberán cumplirse salvo que el fabricante pueda justificar su exceso, por ejemplo, por las propiedades de la variedad de patata utilizada.

 

Contactado por correo electrónico, el Ministerio de Sanidad adelanta a BuenaVida que la Comisión Europea está redactando con la participación de los estados miembros en los debates una Recomendación de la Comisión —un tipo de normativa no vinculante—, en la que se definirá una ruta de trabajo para "establecer, si procede, límites máximos de acrilamida en alimentos".

Adiós a la típica patata pequeña y quemada

Hace años que la industria alimentaria viene reduciendo los niveles de acrilamida en sus productos, pero a partir del miércoles no debería encontrarse con la típica patata pequeña y tostada que aparece en algunas bolsas. 

El reglamento de la Comisión Europea establece entre sus medidas algunas que puede notar en la compra. a. (los de aquellos fabricantes que no hayan ido modulando en los últimos años sus procesos de producción).

Los envases de algunos productos deberán llevar consejos para cocinarlos en casa reduciendo al máximo el nivel de acrilamida

Además, el pan, las patatas fritas, la masa de hojaldre, las pizzas y todos aquellos productos que contengan entre sus ingredientes patata o almidón y que se vayan a terminar de hacer en casa irán acompañados de unas recomendaciones para cocinarlas en casa reduciendo el riesgo (ver abajo los consejos para no incrementar la acrilamida en su cocina).

Pese a las nuevas medidas de la Comisión Europea y a la baja exposición a la acrilamida, Marhuenda aconseja disminuir o evitar el consumo de esta sustancia: "Las patatas fritas de bolsa, los snacks, las galletas, algunos cereales, el pan crujiente o de molde… Si queremos reducir los niveles de acrilamida en la ingesta debemos evitar cocinar a temperaturas altas estos alimentos en particular, y, en general, tenemos que cocinar siempre de forma poco agresivaiva".

Es decir, opte por las patatas al vapor o guisadas, deje de chamuscar los filetes en la sartén, y no abrase la carne en las barbacoas. Será más saludable y seguirá estando igual de sabroso.

Lo habrá oído mil veces, ahora ya sabe por qué:

- "Mejor las patatas frescas que comprarlas congeladas", recuerda Cubedo.

- Las patatas han de conservarse en lugares oscuros y frescos (no por debajo de los 6º C, por tanto, fuera de la nevera): "Cuando germinan", explica el oncólogo, "aumenta el almidón y al cocinarlas tendrán más acrilamida.

- Lavar las patatas y ponerlas en remojo —entre 30 minutos y dos horas si es en agua fría, unos minutos si es en agua caliente— y enjuagar las tiras en agua limpia antes de freír.ír.

- Si se hacen en freidora, utilizar un aceite que permita freír más rápido o a temperaturas más bajas (el de girasol se quema más rápido que el de oliva), no deje que la sartén o la freidora superen los 175º C, y hágalas "por tandas, para que no se pase el aceite".

- Si las prefiere al horno, primero precaliente el electrodoméstico a entre 180º C y 220º C y luego áselas a un máximo de 220º C; déles la vuelta pasados 10 minutos y procure que no pasen de un tono dorado.

- En general, añade Cubedo, "siempre mejor dorado que quemado; hágalo aunque solo sea por la buena cocina".

Hay una dieta que protege de los efectos de la contaminación (y es patrimonio de la Unesco)

Sirve para combatir los radicales libres, según apunta nuevo estudio de la Universidad de Nueva York con 550.000 participantes

promocionados por la OMS.

Los investigadores de la universidad neoyorquina realizaron un seguimiento durante 17 años a 550.000 hombres y mujeres con una media de edad de 62 años, a los que agruparon dependiendo de cuánto se aproximaba su dieta a la mediterránea y lo relacionaron con su exposición a partículas contaminantes como óxido nitroso (NO2), ozono (O3) o partículas en suspensión (PM2.5).

Los resultados mostraron que la salud de aquellos que incluían habitualmente productos típicos de la dieta mediterránea —frutas, verduras, legumbres, cereales de grano integral, aceite de oliva, pescado— se veían menos afectados por los contaminantes del ambiente. "Se sospecha que la contaminación del aire causa efectos nocivos para la salud a través del estrés oxidativo y la inflamación", apunta Chris Lim, autor de la investigación y añade que "la dieta mediterránea es muy rica en alimentos que son antiinflamatorios y tienen antioxidantes que podrían intervenir por esas vías".

"El tipo de grasa que la caracteriza (poliinsaturada procedente del aceite de oliva, el pescado y los frutos secos), las proporciones en los nutrientes principales (cereales y vegetales como base de los platos, y carnes o pescado como guarnición) y la riqueza en micronutrientes que contiene —fruto de la utilización de verduras de temporada— son los responsables de sus beneficios", explica Natalia Toro, dietista-nutricionista integrante de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Puede reducir en un 30% las complicaciones cardiovasculares

Este tipo de alimentos pueden, según Ramón Estruch, consultor de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y gran defensor de la dieta mediterránea, llegar a reducir en un 30% las complicaciones cardiovasculares. Su efecto, apuntó el especialista durante el Congreso de Gastronomía y Salud celebrado en Zaragoza el pasado mes de noviembre, "puede ser mayor que el de los propios fármacos". Como señala el estudio, la clave está en la acción antioxidante y antiinflamatoria de algunos de los alimentos más consumidos en esta dieta.

Sin embargo, nada de esto quiere decir que sean milagrosos, que curen enfermedades o que acaben con la contaminación. Simplemente, previenen y reducen los daños que la polución causa en nuestro organismo. Se trata de "prevención del envejecimiento celular", aclara Toro, quien explica que "con el paso del tiempo las células van perdiendo la capacidad de regenerarse y empieza, poco a poco, un estado de oxidación de moléculas".

"Los alimentos antioxidantes", añade, "ayudan a mantener controlados los radicales libres que produce esta oxidación, mientras que los antiinflamatorios modulan la respuesta del sistema inmune, favoreciendo la homeostasis o la autorregulación natural del cuerpo. Es decir, mantienen un balance entre la inflamación y la antiinflamación, además de emplearse en el tratamiento de enfermedades inflamatorias como las crónicas", aclara Toro refiriéndose a su papel como refuerzo para el corazón o protector de los pulmones.

La clave está en las propiedades de los alimentos

El té, el cacao, las legumbres, hortalizas como el tomate, la cebolla o los pimientos..., explicó Estruch en el Congreso, "contienen polifenoles, que son compuestos bioactivos que sintetizan las plantas para protegerse de sus enfermedades, del sol o de la sequía". Estos micronutrientes de los que habla el experto protegen a las células del proceso de oxidación y también se encuentran en el vino, aunque cabe recordar que el consumo de alcohol siempre debe hacerse con moderación. 

"También influye la amplia gama de metabolitos, con reconocida actividad antiinflamatoria y antioxidante", comenta Toro, que explica que estos elementos se encuentran en el omega 3 y en otros compuestos como los fenólicos, los alcaloides, los terpenoides, los flavonoides, los isotiocianatos o los carotenoides. Nutrientes que llegan a nuestro cuerpo a través del consumo de alimentos como el pescado, las frutas y las verduras o el aceite de oliva.

Este último es una de las grandes estrellas de la dieta mediterránea. Se trata de un alimento "rico en ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos poliinsaturados —grasas saludables—, que ayudan a mantener buenos niveles de colesterol HDL (el conocido como bueno) y reducen los del LDL (el malo)", aclara Toro. Esta labor ayuda a prevenir y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, tiene un alto contenido de vitamina E y otros nutrientes antioxidantes como la clorofila y los polifenoles.

Aunque, por ahora, el equipo de investigadores de la universidad neoyorquina prefiere cautela, porque consideran "pequeños" los datos de su investigación, mantienen la recomendación de llevar una dieta equilibrada, con gran cantidad de frutas y verduras, como lo es la mediterránea.

Por su parte, Toro considera que esta dieta, nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, "es mucho más que una simple pauta nutricional rica y saludable". "Es, además, una herencia cultural que un estilo de vida que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y actividades humanas diversas", aclara.